lunes, 28 de septiembre de 2015

LA MARIPOSA Y EL AMANECER

Érase una vez una mariposa de elegantes alas blancas que se enamoró del amanecer, de su luz, de su esplendor de todo lo bueno que traía consigo.
Él era un amanecer de verano, con calor, con fascinantes colores, con rayos de sol que acariciaban las bonitas alas de ella y que, con su cosquilleo, la hacían reír con timidez, de esa forma que ríen las mariposas elegantes, sin ser demasiado sonoras, sin ser demasiado calladas. Risas perfectas en su justa medida

De todos era sabido el amor que la mariposa sentía por el amanecer y, en cierto modo, de todos también era sabido que no había nada que gustara más al amanecer que escuchar la risa de la mariposa y poder sentir la suavidad de sus alas al ser tocadas por sus rayos de sol. 

Un día, más malo que bueno, estaba la mariposa esperando la llegada de su amado cuando, una araña envidiosa que siempre había odiado el amor que se prodigaba la pareja, salió de su agujero y, en un visto y no visto, atrapó a la preciosa mariposa para, sin piedad, encarcelarla en su castillo hecho de laberínticas telarañas.

Pasó más de un año de lucha, más de treinta días en perpetua oscuridad y, durante todo este tiempo, muchos fueron los valientes que se ofrecieron a salvar a la pequeña de las garras maléficas que la tenían cautiva. Pero, por más que lo intentaron, ninguno consiguió liberar a la elegante mariposa de su penumbroso encierro. Ni sus contundentes ataques, ni la fuerza de todas sus armas hicieron el más mínimo daño a la araña de fuerte coraza.
La araña era invencible, nada parecía aplacarla y, aunque no se rindieron la pena por no poder rescatar a la bella mariposa inundó los corazones de los que tanto la querían. 

Cierto día, una resplandeciente mañana, se oye, dicen y cuentan que vieron a la mariposa volar lejos de la perversa araña.

¿Y qué pasó? ¿Cómo ocurrió? Se preguntaban todos.

¡La mariposa escapó! gritaban las voces por doquier llevando consigo la feliz noticia.

Muchos se preguntaron cómo pudo ser y he aquí la verdadera historia de lo que sucedió pues no fue otro que su amado amanecer quién la rescató que, más listo que ninguno, atacó no a la araña invencible sino a la telaaráñica prisión.
Con  metódica paciencia en todo el tiempo que duró el encerramiento escavó un diminuto hueco por donde la mariposa pudo escapar de su prisión hecha tormento. 

Y así acaba este cuento, con dos enamorados surcando el firmamento.

Este es el final que la mariposa blanca de elegantes alas y risa tímida se merecía, es el final por el que ella luchó con uñas y dientes hasta su último aliento.

Evidentemente, la araña venció pero dentro de mi quiero pensar que no fue así. Ahora la mariposa vuela con el amanecer iluminando cada nueva mañana.
Siempre te querremos Lucía.

Estas palabras que vienen a continuación son de mi querida Mónica.
No he podido resistirme a plasmarlas aquí porque saben expresar a la perfección el sentimiento rabioso que me invade. Espero que con ellas tú también comprendas lo importante que es no rendirse y, sobre todo, no mirar hacia otro lado.

La mayoría de vosotros no lo sabéis, por que inexplicablemente estas cosas no se "notan", no se perciben, no se cae el cielo ni se abre el suelo bajo nuestros pies... pero hoy es un día mucho peor que el de ayer, porque hoy no está Lucía en el mundo, ayer se fue después de mucha lucha, después de mucho resistir. 
Os aseguro que era una niña maravillosa, sin tópicos, excepcional, sonrisa espléndida, porte elegante, educadísima, divertida.. un sol de niña. 
Si me leéis pensad en ella, pensad en que una vida que podía haber sido prometedora se ha visto truncada por la fatalidad, pensad que ahora hay una familia destrozada, un dolor enorme. Lucía ha fallecido por el tratamiento de su enfermedad, por la agresividad de estos tratamientos que le curaron el cáncer pero la llevaron al límite. Pensad en esta enfermedad, en su trementa estadística que se cumple implacablemente, 300 niños al año mueren por cáncer o por sus tratamientos, en un año hemos dicho adiós al Álvaro, Andrei, Adrian, Alvaro, Alex, Rafa, Isabella.. y ahora Lucía. Esta estadística tiene cara, nombre, padres, madres, abuelos, amigos... 
Pensad en Lucía que estaba esperando un trasplante de médula, pensad en ella si os da pereza llamar para haceros donantes o si tenéis reparos. Pensad en Lucía cuando oigáis que la inversión en investigación en España es aceptable. Pensad en Lucía cuando veáis a vuestros hijos y os deis cuenta en la suerte que tenéis de estar con ellos. Su madre pensaba eso hace un poco más de un año, cuando nada le hacía sospechar que hoy estaría llorando a su hija. Pensad en Lucía cuando riáis, cuando lloréis, Pensad en ella cuando votéis, cuando donéis. Pensad en esta enfermedad, que está muy hablada pero muy olvidada. Necesitamos ayuda, visibilidad y mucha mucha investigación. 

Yo llevaré a Lucía conmigo todo el tiempo que me quede de vida.

SIEMPRE

6 comentarios :

  1. Sin palabras...hermoso cuento y contundentes palabras, pero ciertas, muy ciertas.

    ResponderEliminar
  2. Mucho ánimo para esta familia...un bso fuerte para Lucía este dnd esté. ..muy bonitas palabras carola

    ResponderEliminar
  3. Ufff.....completamente consternada.
    La tengo siempre en mente,bueno yo mi hija y todo aquel que haya tenido la gran suerte de conocerla.
    Como bien dice una niña excepcional,única.
    La llevamos en nuestro corazón,forma parte de nuestra vida,ayer hoy y siempre te queremos.
    Un abrazo enorme para toda la familia,en especial a Gema,Iñaqui y Diego que sin duda alguna sois un ejemplo a seguir de familia.

    ResponderEliminar
  4. Sin duda no se rindió.... Vuela pequeña mariposa sin duda el amor te guía.

    ResponderEliminar
  5. Sin duda no se rindió.... Vuela pequeña mariposa sin duda el amor te guía.

    ResponderEliminar
  6. sin palabras...
    yo llevo a Ana, a Marta, a Aaron.... y ahora a Lucia
    ¿por qué?, no tengo respuesta

    Lou

    ResponderEliminar

Gracias por tus blablablas